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Lo que menos me gusta de las comidas de empresa es que la gente no puede dejar de fumar. Después de un cigarro viene el otro y después el otro no habiendo entre ellos más de cinco o seis minutos. Desde el jefe hasta el empleaducho de morondanga, el que se come todos los sapos, ése, ese tampoco puede dejar de fumar. Desde el momento en que nos sentamos en la mesa donde compartiremos los platos a manera de banquete hasta el momento de irnos, uno detrás de otro, chiche poroto. La gente no puede dejar de fumar para ser. No pueden separar el cigarro del chiste, de la palabra oportuna, del comentario inteligente. No pueden, sencillamente. Y con el correr de las horas el habitáculo que nos contiene (somos un grupo grande) se ha convertido rápidamente en una mancha difusa, en una grandiosa nube entre gris y tóxica. Siento por momentos que átomos nefastos hacen una entrada violenta en los poros de mi piel pero sigo la charla, la risa, la empatía general de la comida de empresa. Paso más tiempo con ellos que con mis seres queridos me digo, y un suspiro, oscilante entre la resignación y la nada hace entrar una buena bocanada de humo. Y si, el discriminado es el que no fuma.
La bandera de España es una gran joda. ¿qué representa? ¿Castilla? ¿Extremadura? ¿Andalucía?... nadie lo sabe a ciencia cierta pero cuando conviene sentirse españoles muchos lo son, así de golpe y porrazo.
hace un tiempito que me asalta la misma idea... mi novio me va a dejar por otra el día que se me caigan las tetas. ¿qué voy a hacer cuando se me caigan las tetas?. ¿levantármelas con unos buenos corpiños?. apagar la luz para que no me vea?, esconderme?, por qué? por qué el mundo me condiciona a tal punto de sentirme mal porque mis tetas decaigan como todo en esta vida, como las hojas de los árboles en otoño? como el sol a media tarde en invierno?, como el euríbor? como el ánimo? como todo? por qué?. no ganará la batalla el mundo, no. aunaré esfuerzos y trabajaré duro para cubrir el déficit que supone tener unas tetas como pasas de uvas. entera hasta la sepultura. y denunciaré y levantaré el dedo cuando vea un pecho artificial y lo acercaré para pincharlo con la uña y piissss se te terminó la farsa zorra... eso haré, te la canté.
nadie puede negar ciertamente que todas las mujeres nos hacemos, a lo largo del día, una imagen mental del conjunto que vamos a lucir al día siguiente, entre las prendas de nuestro vestuario. nadie lo puede negar: zapatos, pantalón, camisa o blusa, todo combinado de la mejor manera posible. a mi, al menos, me resulta angustiante levantarme a la mañana y no tener qué ponerme. cuando era chica me armaba sobre la cama el conjunto completo, desde los zapatos hasta los aros. ¿Obsesiva?. Nah.
Estoy empezando a simpatizar con la idea de que la solvencia monetaria de una persona X es directamente proporcional al tamaño de su billetera. No es la primera vez que, en la cola del súper, justo en el momento de pagar, veo a señoras respetables sacar de sus superbilleteras extralarge los correspondientes billetes para abonar la suma de su compra. Y cuando digo superbilleteras me refiero a súperbilleteras, es decir: GRANDES. Claro siempre conjuntado con cabello ultraoxigenado, uñas de manikiur, abrigo de boutique de barrio y un rictus en la cara del tipo "no tengo nada que ver con vos". Completo. Panorama completo de lo que se ve en el primer mundo y en un barrio digamos biaan. Imagen vivísima de lo que no quiero ser. Nunca.
Si hay una cosa que me molesta sobremanera es la felicidad excesiva que manifiestan ciertas personas. La chica que vende rosas en la esquina de la oficina, por ejemplo; cada vez que paso por su tienda la veo sonreir, sonreir y sonreir, sonreir, como si nada en el mundo diera señales de que las cosas no van bien. Como si no hubiera inmigrantes, como si cualquiera pudiera alquilar un piso y pagar sus deudas, como si la misma mierda que se respira afuera, justo afuera de su puta tienda de rosas de ecuador y de áfrica (por dios!) no se nos metiera en los pulmones día a día, hora tras hora lacerándonos las vías respiratorias. Y soy optimista, claro que lo soy.
Difícil. Es difícil acostumbrarse a ser una cosa que nunca se fue. ¿Me acostumbraré a las normas de las ciudades en lo que me queda de vida?. Pregunta difícil = Respuesta incierta.
El año pasado cuando comenzaban las clases y me encontraba a las ocho de la mañana llevando a la nena que cuidaba al colegio, en el este de Londres, una señora de buen ver, mientras esperábamos para poder entrar los niños, me dice... "Ah... a mi me encanta el invierno" y yo, que lo destesto, le pregunto: "Ah sí... y por qué?"... "Porque estamos todos adentro calentitos, con la calefacción y los vidrios empañados, en casa... es perfecto"... Y yo como una estúpida me puse a pensar en la gente que no tiene calefacción o no tiene una casa tan confortable como la de ella... y me pareció tan miserable su sonrisa, sus gestos, me pareció tan estúpida su alegría... Y me sentí diferente, como casi siempre, sentí esa angustia enquistada en la garganta, como si el veneno no existiera en esa casa superacondicionada, como si las ratas se hubieran ido a otra parte. Ja.
Sandra cuida al padre de Claudia, Rosa es la canguro de la nena de Claudia, un amigo de Sandra necesita trabajo y la hermana de Claudia tiene un bar y está buscando personal. Etc, etc...
Hoy me matriculé en la Universidad Pública. La Universidad Pública en España no es como en Argentina. Tenés fotocopias gratis, docentes puntuales y considerados. Tenés baños limpios y acondicionados, servicios adecuados y comodidades con las que nunca soñaste. Tenés todo eso en la Universidad Pública en España y también tenés otras cosas: tenés que pagar más de 700 euros por todo eso. Este hecho no hizo más que desencadenar en mi cabeza de intelectual en proceso ideas tales como "qué hace que un país tenga una universidad pública con acceso denegado al común de la gente"?. no cualquiera acá puede pagarse una universidad. La familia promedio en España (o en Barcelona) tiene que pagar el alquiler o la hipoteca de la casa donde viven y no va más allá de una mínima formación para sus hijos (que además tampoco es gratuita ni mucho menos) no puede darse el lujo, además, de 4 o 5 años de universidad para el nene, o la nena. No puede, sencillamente. En mi país es más fácil tener acceso a estudios universitarios, cualquier hijo de vecino -y si no que se me corrija- va a la facultad a estudiar letras, matemática o biología, por qué?, muy simple, PORQUE NO PAGAN UNA MONEDA.
Mi abuelo era de Génova, ciudad portuaria y llena de tiendas regenteadas por chinos explotadores de africanos-vendedores-ambulantes. Ellos les proveen de la mercadería que luego venden en las calles de la ciudad, a turistas, por un poco más de su valor que no deja de ser bajo, sin embargo. La proximidad al puerto quizás haga que estas tiendas proliferen tanto, detalle que no es menor dado el elevado número de ellas. Y uno no puede dejar de mirar, aunque no de comprar. Jeans completamente ponibles a 13 euros, sweters a 14... ganguísimas. Pero no me dejé llevar por la tentación, lo chino sale caro. Génova es una ciudad sucia, olvidada, descuidada, donde la gente conduce mal y casi no respeta a los demás, claro que si se es turista y con dinero la cosa cambia; por nuestra parte preferimos vivir una ciudad más real, y por eso nos fuimos como pudimos, casi con lo justo. 
La Génova de todos los tiempos (como adivino casi toda Italia) edifica sus casas con este tipo de ventanas que se abren desde abajo por una cuestión muy simple y picarescamente italiana: mirar sin ser visto. Si por poner un ejemplo tenés una frutería y el vecino de al lado te debe unos cuantos morlacos y le querés seguir el rastro para ver si vale la pena romperle las piernas sin pudor entonces te asomás por la ventana de tu casa sin ser visto, vos lo ves, él es muy probable que no. Así son todas las casas en Génova y uno, viajero ingenuo y feliz, se queda como estúpido mirando para arriba. Lindo. Yo solo puedo hablar de la Génova que vi aunque me atrevería a decir que ciertas miserias que conviven en la ciudad trascienden los tiempos: la pobreza y el abandono se ven en las calles, en las esquinas, en todas partes. Ratas huyendo velocísimas, papeles, olores, dejadez, suciedad, eso es Génova, eso, creo, fue siempre Génova. Por primera vez vi la ciudad que dejaron mis abuelos, lo último que vieron de Europa, movidos por un sueño mágico: América.
Y las prostitutas inundan el casco antiguo: africanas, centroamericanas, exibiendo sus carnes afuera de sus casas con luces rojas, los turistas andando, los lugareños, los niños, todos juntos paseando por las mismas calles donde perversión e inmundicia conviven, olores a grasa, a pescado podrido, a aire muerto, a Génova.
Pedemonte es un pueblo ameno. Pequeño, donde la gente te saluda igual, aunque no sepa quién sos ni de dónde venís. La primera impresión que tuve antes de pisar tierra fue muy clara... ¿cómo pudo aquel hombre acostumbrarse a la llanura pampeana viviendo entre estos valles y montañas durante tantos años?. Se acostumbró y punto. El día no podía ser más lindo, el cielo tampoco más azul. El verde era furioso y un par de viejos no dejaban de comentar sentados en unas sillas enfrente de sus casas. Pedemonte es un pueblo pacífico donde el sol duerme en las montañas y el río se fue hace años, dejándolos a todos con el misterio de una gingantesca zanja seca, y muy triste. Es un pueblo lindo. Yo no dejaba de mirar a la gente, mayores sobre todo, pensando que eran como mi abuelo si se hubiera quedado, sino se hubiese ido a Ámerica, si la ambición por la abundancia y lo incierto no le hubiera llenado el alma, allá por los comienzos del siglo XX. Sería como ellos, los miraba uno a uno y soñaba con encontrarlo en alguna esquina, abuelo que no tuve, abuelo que no quise.
Mientras los meteorólogos en los periódicos y en la televisión dan por acabado el período estival yo y mi mochila nos vamos a la playa, pasamos allí dos horas preciosas al ritmo suave de una brisa triste, con todo Antony Hegarty en los auriculares de mi súper música digital. Por la noche ya, sobre estas horas, me viene a la mente toda una época de mi pre-adolescencia digamos, por no decir adolescencia, donde "César Banana Pueyrredón" sonaba día trás día. Amigos para qué, amigos nunca más, yo quiero ser tu amorrrr, para siempre... por Dios, había un chico T. que le rondaba a mi hermana y después creo que al final transaron, creo, en un auto que tenía, un ford falcon, siempre tenía ford falcon T, se ve que el padre le tenía pasión o no supo cómo hacer para salirse de él, capaz soñaba con otro auto pero iba al concesionario y pedía siempre el mismo, quiero ese ford, qué ford señor?, ford falcon, en el barrio e incluso en la zona todos lo conocían por el ford falcon y estoy segura que algo dentro suyo quería, clamaba algo más que el ford, un auto más auto. En fin, este chico T. le arrastraba el ala a mi hermana F. y entonces como parte de digamos su estrategia de conquista nos prestó un par de cassettes de César Banana, y nosotras, que compartíamos habitación, lo poníamos a la noche para dormirnos, ahhh, gracias T.
Vi "Lolita" de Stanley Kubrick y no me gustó. Quizas por lo trillada de la historia o por las versiones y reversiones que se han hecho, quizás por lo desactualizado del film. El hecho es que no me gustó, la miré con el estoicismo propio de la persona que sabe lo que tiene que hacer y convengamos que a "Lolita" todos tenemos que mirarla en algún momento de nuestra vida. Pero no me gustó. O también será que ha pasado tanta agua debajo del puente y esto de la pederastia o el abuso de menores está a la orden del día en todo su atrocidad esplendorosa. Claro que en "Lolita" la chica accede ella misma a tener relaciones con el señor mayor... pero no olvidemos que él prepara el terreno donde revolcarse durante toda la película, se lo pone en bandeja de plata y la chica ya sabemos, a los quince años uno no sabe muy bien lo que hace y si se le da soga... se avanza sin miedos. Puedo pecar de exagerada, o de prejuiciosa, puedo. Pero también puedo decir lo que pienso y cierto es que el film "Lolita" de Stanley Kubrick está demasiado desactualizado como para poder juzgarlo convenientemente.
olvidable. completamente olvidable. a la mañana fui a retirar la tarjeta del Bicing y estuve casi media hora intentando encontrar una maldita plaza mal llamada Carles del Pi y no sé qué más que nadie conocía y todos ignoraban. Cuando había ya superado mis niveles de paciencia y me disponía a comprar una tarjeta de bus en el estanco más cercano para regresar a casa haciendo flamear la banderita blanca del cobarde que renuncia, la chica de detrás del mostrador, para sorpresa de la aquí escribiente, me respondió con un contundente "estás buscando lo del bicing, no?" y me guió con justeza hasta la fucking plaza de los cojones. Y allí estaba yo, entre contenta y entregada al infortunio, pidiendo se me entregue en mano la tarjeta para hacer uso y no abuso del Bicing, transporte público en Barcelona. Lo demás? olvidable.
Heme aquí, con dos hermosas semanas por delante para organizar de manera tal que lo único que tenga que hacer durante el día sea rascarme la zona de la entrepierna. Disfrutar de mi propio universo interno será mi prioridad cosa que la tiranía del reloj no me permite hacer normalmente. Claro que esto será entendido de inmediato por gente responsable como una y no ya por pirañas malolientes que después de los 25 años todavía siguen tirando del sueldo de sus progenitores o, y los hay, de sus parejas. Las vacaciones solo son el disfrute de aquellos que saben lo que es trabajar de lunes a viernes 8 horas al día. A eso iba, estas maravillosas dos semanas que comienzan a partir de mañana serán la gloria para mi inteligencia analítica y para mi inagotable sed de descubrimiento. Me lanzaré sedienta por las calles desiertas de la ciudad a encontrar señales, errores, consignas que me mantendrán ocupada día y noche. Me internaré eventualmente en bibliotecas de turno, me olvidaré deliberadamente el reloj en casa uuyyy qué hora será... no sé, qué cagada. leeré a los grandes, Dios! una sed de trascendencia me asfixia. Dos semanas para soñar que mi vida no es como la de los demás. Dos semanas.
Anoche soñé que agarraba un globo inflado con gas y salía volando, lo agarraba de la parte del nudo, con las dos manos, fuerte fuerte y entonces empezaba lentamente y casi sin notarlo a elevarme... al cabo de unos cuantos segundos miré para abajo y veía todo verde y un árbol a un costado, veía los techos de las casas de los vecinos, todo veía... el globo era un poco más grande que los normales... o yo más chiquitita, cosas de los sueños... el verde era luminoso y vasto y todo era mágico... anoche soñé que volaba y cuando desperté supe que todo era una vil patraña urdida por los andamios de mi triste vida de auxiliar administrativa...
McDonalds cierra el trimestre con pérdidas y aumenta un 12 por ciento ingresos
...y solamente tú, tratando de explicar su mano le tomé y la intenté besar... mi vida eres tú y solamente tú, abrázame y verás que aún en nuestro ser hay fuego que apagar.
¿Es usted, verdaderamente una Mujer??
Deje el borde y métase de lleno en el submundo femenil siguiendo estos 12 certeros tips:
1. Cuando alguna amiga o compañera de trabajo le habla mal de otra NO DUDE en tomar partido calificándola de zorra ya sea abierta o sútilmente.
2. Cada vez que tenga oportunidad de culpar a una amiga o compañera de trabajo por tareas que tendría que haber hecho alguien más además de usted NO LA DESAPROVECHE.
3. Todo remordimiento, odio, envidia, rencor o cualquier sentimiento de tipo F debe ser reorientado debidamente hacia alguna compañera o amiga a fin de que, aunando fuerzas, la explosión sea mayor y se obtengan mayores beneficios.
4. Mire al menos dos horas diarias de programas de chimentos.
5. Cuando tenga buen sexo con su pareja no dude comentarlo en el trabajo o con sus amigas haciendo alarde de ello de igual manera que cuando tenga temporadas malas manifieste sus frustraciones haciendo daño en torno suyo en la forma que sea. Esto es muy importante.6. Si tiene una compañera de trabajo o amiga más delgada que usted hágala sentir mal cada vez que pueda.
7. Controle, maneje y domine a su pareja y coméntelo en el trabajo riendo con la boca abierta (este último detalle es bastante importante).
8. Cuando las cosas le vayan bien a una compañera de trabajo o amiga, sufra, maldiga y pregúntese por qué la vida es tan injusta con la gente buena como usted.
9. Quéjese al menos sobre un tema distinto cada quince minutos, pudiendo repetir temáticas hasta dos veces por hora.
10. Jáctese de los atributos sexuales de su hombre como si se tratara de un orangután dejando claro que no hay nada más que encontrar (esto último no lo diga, provocará una sonrisa maliciosa en aquella compañera que tenga más de dos dedos de frente...)
11. Hable todo el tiempo de usted, de usted y de usted interrumpiendo permanentemente a todo aquel que ose aportar comentarios que a usted no le interesen.
12. Tome sin titubear todas aquellas decisiones que coadyuven a que su vida sea llana y opaca para así mantener un nivel óptimo de frustración personal con tendencias ascendentes que justifiquen su permanente cara de orto.
El centro magnético de la tierra, ese mismo que tuvo alguna vez el Planeta Marte, tiene fecha de caducidad, lo que no pueden hacer los científicos es establecerla, no se tienen, hasta la fecha, la información necesaria. Lo que sí se sabe es que Marte está ahí, y que Marte podría resumir iconográficamente lo que La Tierra será dentro de algún tiempo: Tierra Baldía, muerta, infernal. 
De todas las frutas la banana es la que más me entusiasma. Una cosa curiosa me sucede con la pera: cuando era chica deliraba por ella, ahora prácticamente la ignoro. El kiwi tiene algo especial cuando está bueno pero fuera de temporada tiene un sabor metálico decadente que me hace pensar en lo mal que compro fruta. Comprar fruta es todo un arte. Las naranjas no traen mayores inconvenientes a un comprador no avezado, verde= agria, naranja= rica. De los duraznos el que me es más afín por mi personalidad es el de agua, la forma de pelarlo me seduce (nótese la capacidad de autopelarse con solo desprender una parte de la finísima y suave cáscara). Las manzanas merecen un capítulo aparte pero me gustaría adelantar que las verdes actuales han dado por tierra un prejuicio que me asaltó desde gurrumina: su agriedad hace imposible pensarla como fruta sin más. Detesto las arenosas, opinión que mantengo a rajatabla desde mis años felices, cuando iba a cuarto grado y las noches de verano en la mesa familiar eran de una dulzura inigualable. De las ciruelas, las negras y de los tomates, los redondos, aunque cuando entré en el secundario me comencé a hacer amiga de los perita. Un abrazo a todos aquellos que respeten a la fruta. Hasta otra.
fin de una larga semana. fin. mañana comienza el periplo de cada fin de semana, ir al súper, limpiar el piso, lavar ropa, planchar, guardar, etc. hoy aproveché para recuperar el sueño perdido en una noche escabrosa donde unos seres invisibles no nos dejaron pegar un ojo. Cuando vivía en Rosario los problemas eran los paros de maestros, de organismos públicos, las manifestaciones, las reuniones entre gremios, los escraches; acá en Europa uno se despierta en otra realidad. La de la guerra que la ETA le hace a España arbitraria y discriminadamente, la del hombre español promedio que mata a su mujer con un hacha, las muertes absurdas y retorcidas; con eso uno se despierta acá en Europa. Claro, tenés los diseñadores, tenés la vanguardia, tenés los placeres al alcance de la mano, tenés la moda rápida y a la vuelta de la esquina, lo tenés todo aquí y ahora. Incluso si no tenés dinero, como es mi caso, hay todo para todos, acá nadie está excluido, a menos que vengas de África y no hables español, ahí capaz te deporten, capaz. Eso es Europa, para algunos, para muchos. Para mi es un mundo nuevo que se me entrega dócil y no me aburro. No. En el trabajo hay una chica nueva que viene de Buenos Aires, hace ya dos años que está acá pero tiene toda la frescura azul y blanca en el corazón. Cada vez que me cruzo con ella por los pasillos no puedo evitar decirle algo del tipo... "hola querida", y no podemos parar de reírnos. Se enamoró de un inglés que conoció en Don Torcuato hace tres años, él de turismo, ella de joda, algo les entró furtivo en el corazón, él se volvió a su Londres para volver al cabo de un tiempo a ver si lo que le dolía tanto en el pecho eran esos ojos: hace dos años que viven juntos en algún lugar del Raval. Ella es fresca, sana, tierna y tiene una diplomatura de artes escénicas, se ríe, gesticula, se contonea. Una latinoamericana feliz en tierra extranjera. Igual que yo.
Hoy tuve cita con el médico y hablamos de métodos anticonceptivos. Lo mejor son las anillas, me dijo. Las chicas de ahora se mueren por conseguirlas y usarlas porque son lo más efectivo y práctico que hay, y me dejó sin palabras. Se supone que soy una chica de hoy, bueno, una chica un poco pasada, digamos, con más de 28 abriles encima... pero una chica de hoy. Las anillas son unos dispositivos de un material especial que parece que desprenden unas hormonas que son las mismas que tienen los anticonceptivos orales... solo que esto va directo al punto digamos... y sí, suena bien. Suena bien. Cuando era adolescente tomaba las orales y no me hacía demasiado problema... falta de consciencia. Ahora es un tema en mi agenda semanal. Los años pasan y los bebés se pierden. Qué picardía. Por ahora.
Recuerdo la forma en que la luz entraba por la ventana del aula del segundo piso de la facultad de humanidades con una nostalgia dulce... éramos jóvenes, teníamos la mirada clara y el apetito torpe y una triste ingenuidad nos redimía. Pero el tiempo en esa época era inmóvil, se detenía para nosotros y nos hacía una reverencia al pasar. El tiempo no pasaba porque no teníamos consciencia. No la teníamos. Solo cuando se adquiere consciencia de que el tiempo pasa el tiempo efectivamente empieza a pasar... en fin.
siempre creí que ser feliz aburría. y lo sigo pensando. a veces me cruzo con gente que no puede parar de sonreír y de decir, cada vez que se les presenta la mínima, ínfima oportunidad, que son felices y que la vida les sonríe. no es que esté en contra de la felicidad en sí misma, no no, me parece muy bien que la gente disfrute y goce de la vida, no parece genial, lo que no entiendo es cómo son tan poco humanos. creo que la persona que se regodea en su propio bienestar y dice sin cesar que es feliz y que la vida le sonríe es un pobre ser que no es ni consciente de su propia imposibilidad; es mucho, mucho peor de aquellas personas que viven con la ilusión de crecer y ser felices, porque éstas, al menos, no se mienten a sí mismas.
A Fernando Pessoa
es bastante usual ver acá mujeres españolas con senegaleses, por qué?, porque es más fácil domar a un pobre africano que de otra manera se moriría bajo la tiranía de las olas del atlántico que a un español que ha ido a la escuela y es medianamente civilizado. Es mucho más fácil. Cada día entran a España a través del sur contingentes enormes de senegaleses, marroquíes, argelianos, de los cuales muchos no llegan con vida: las olas los deboran, el hambre, el asinamiento. Los que llegan con vida tienen el paraíso: el acceso al mundo civilizado, aunque les cueste un perú conseguir papeles para que no los deporten: ya pisaron tierra extranjera, ya han huido de la barbarie. Casi todo hecho. Hay muchas formas de conocer senegaleses o argelianos. Hay muchas discotecas donde se dispersan, terreno de cultivo para las españoles desesperadas, poco agraciadas pero con derecho al amor. Allí establecen contacto y después uno los ve en las tiendas comprándose ropa o simplemente paseando por la calle. Ellas, orgullosas de tener a un hombre al lado cuando de otra forma les hubiera sido imposible y ellos, felices de poder tener acceso a agua, luz, ropa, en definitiva: vida.
40 horas paso a la semana con las marujas esas. 40 horas semanales en el trabajo, con gente que hasta llegás a considerar familia tuya de tanto que los ves. Y lo que más frustración me da es que no me dejan reciclar. Eso es lo que más toca mi corazón de ecologista que no fue. No fue porque antes de ficharme Green Peace me fichó un catalán que me hizo suya y me llevó para su casa y aquí estoy, escribiendo estas líneas. Leí por ahí que Barcelona es una de las ciudades europeas peor equipadas para reciclar la basura que la gente tira. En el barrio donde vivo tenés contenedores para vidrio, papel, cartón y plástico, tenés todo, pero ahí donde trabajo no hay más que los tradicionales y lo cierto es que no ayuda tirar tanto plástico cuando se podría reciclar... pero claro, en mi trabajo las marujas se preocupan por otras cosas como los modelitos que llevan sino es que el nivel de estrés las tiene como locas mal orientadas, gritando por los pasillos como si una fuera a dar a luz. Si yo tuviera que gritar mientras hago el café, actividad que llevo haciendo consecutivamente desde que volví de Argentina con los alfajores bajo el brazo para everybody pero no grito, no grito porque siempre me caractericé por ser original made in usa y lo seguiré siendo, agacho la cabeza y me voy con la tacita tratando de recordar el estribillo de alguna canción de los sesenta, época en la que no se reciclaba, para nada. Y me voy diciendo que mi corazón es celeste y blanco even if my body´s somewhere else.
lo que menos me gusta del primer mundo es que nunca te vas a encontrar con cosas como éstas... tanto auto último modelo sin rasguños es lo más aburrido que te puedas imaginar, o más.
Lo último que se pierden son las maneras. Y por favor, no las perdamos nunca. Por favor. En el trabajo, en la calle, en todas y en ninguna parte. Qué somos si perdemos las maneras??. Un montón de insultos, nervios e improperios. Tengo una compañera en el trabajo que no se tranquiliza. Y tengo otra que sí, bastante. En mi trabajo somos todas mujeres. Todas menos uno, que es el hijo de la dueña. La segunda, la que se tranquiliza me cae bastante bien, va más rápido que lo humanamente posible y yo me río, es simpática, y si ponés un poco de voluntad incluso llega a ser adorable. La otra, la que pierde los estribos es un mal bicho pero como los malos bichos terminan siendo aplastados por un pie grande entonces me tiene sin cuidado. A mi lo que no me gusta es la gente que pierde las maneras. Pienso que las maneras no se han de perder nunca, incluso under pressure, y pienso también que es ahí donde la verdadera calidad de la gente se prueba, el débil se hunde y hunde a todos, el fuerte se relaja, se divierte y escucha... escucha. Yo no sé si soy fuerte o débil pero siempre procuro mirar a los ojos, decir gracias, permiso, incluso cuando el ambiente es denso. Incluso. Si perdemos las maneras lo perdemos todo. O hacemos de esto un zoológico, comemos la mierda que otros tiran e imitamos a los orangutanes. Para otra civilización que vendrá. Otra, mucho más aguda. Mucho más.
A las mujeres hay que tenerles cuidado. Ahora digamos el que habla no soy yo, es como que soy yo pero no soy yo, soy un más allá de yo misma. Cuidado con las mujeres, o, como reza el título, beware of women. Los hombres se mueren por ellas, se mueeeren, les encanta, cosa que yo no puedo entender fácticamente pero que respeto. Tetas, culos, cabelleras largas, medianas, cortas, ojos, se mueren por ellas, pelean por ellas, por qué?. No pretendo aquí poner en tela de juicio la razón de tal pasión, no soy tan cateter. Yo por ejemplo veo que hay muchas que se aprovechan de que los hombres se mueren por ellas, que viven por ellas, se aprovechan para que las lleven en auto, que las paseen, que las revoleen. Yo re acepto que la mujer esté por un lado y el hombre por el otro, y que se entrecrucen cada tanto y saquen chispas, lo veo bien. Por eso es que digamos estoy un poco en desacuerdo con la homosexualidad en todas sus facetas. No la entiendo. Es como querer hacer encajar una pieza de rompecabezas con otra que ni a palos iría, y todos lo saben, vos, los demás y el fabricante del rompecabezas. Si estás jugando ponele al dominó con un amigo, por decir, y él te quiere cagar y meter una pieza que no va, vos qué hacés?, te le cagás de la risa y le decís, sacála y metétela en el culo pelotudo, o no??. Y bueno, para mí es igual, qué pueden hacer dos hombres de divertido además de rememorar la etapa anal o fálica de sus vidas. Frustarse. Hoy me dijeron obtusa por opinar así, que la sociedad no había evolucionado tanto para yo venir y decir esto. O.K., pero a mí esta sociedad no me tiene contenta y veo cómo todo se está yendo a la mierda, estamos casi leyendo por dónde está por salir el pedo magnánimo de la naturaleza, por el este, por el sudeste o por el sur. Yo estoy contenta de tener conciencia, de tener este blog y de tenerte a vos, que me estás leyendo. Reciclá.
Hacía digamos como dos meses que no usaba el metro y hoy por escases de buses en la ciudad mucha gente como yo tuvo que rebuscárselas con el metro. A la tercer parada comienzo a sentir un olor particularmente fuerte y al cabo de unos segundos un hombre gordo se me sienta al lado, ufff por dios, no pude evitar toser y fruncir el seño y claro, apartarme un poco de la fuente del olor, inhumano (por otra parte): el señor gordo y sucio que se me había sentado al lado. La gente me miraba, pobre, y lo miraba al hombre como no queriendo mirar. Me paré al cabo de unos instantes y me quedé de pie, aunque faltaban algunas estaciones, para recomponerme del shock (permítaseme). Miro raudamente a mi derecha y veo un sitio libre, esta es la mía, pensé, y cuando voy a mirar al muchacho sentado al lado un escosor me recorrió el cuerpo, tenía la mirada como ida y unas maneras definitivamente andróginas, sin religión ni rumbo, y con una expresión de doy para todo que no puedo negar me perturbó. Acá me quedo, pensé mientras miraba justo enfrente del ser tan extraño que había frustado mi intento de sentarme. Un sitio libre, al lado: una mujer normal, aunque en la casa se vista de dama de la corte francesa del siglo XVIII en el metro parecía del montón, perfecto, esta es la mía hasta la próxima parada. Y me senté. Preparado para bajar, justo enfrente y a mi izquierda, habían dos hombres claramente moriscos, charlando sobre asuntos oscuros, me apresuré, vistiendo uno un jean ajustado y una chaqueta muy femeninas, madre mía, dije entre mí, esto es un zoológico humano en la hora pico, me reí y me ajusté el bolso al pecho, a ver si a alguno se le sale el indio, como en la pampa. Saludos a Nico.
Lloré lo suficiente como para crear un lunes tranquilo. Un tema tan trillado como admitido por las mayorías: el domingo es un día vomitivo. Se come, se piensa, se necesita y no se tiene, se llora. Se deprime uno, los domingos. Piensa uno, en las cosas del pasado, llenas de polvo ya, la mente de uno va, los domingos, a buscar esas cosas antiguas que de tan viejas han muerto, y las busca pero no les quita el polvo y entonces ese polvo va a parar a la cabeza de uno, al corazón, a las arterias, el polvo es malo, los domingos son malos, me proclamo víctima indiscutible de los domingos. si fuera angloparlante diría fucking sundays pero como soy hispana digo qué día de mierda. Por la noche reventó en llanto, congoja, angustia por la ausencia y el desamparo, el domingo. A veces necesito llorar, mucho llorar, llorar mucho, llorar todos los llantos estadísticamente necesarios, y las congojas, y las tristezas. Y entonces el día siguiente nace nuevito, fresco y triunfante.
Yo cuando estoy triste lo mato a besos a mi novio y el pobre es tan bueno que se deja. Tenés que empezar a vestirte como una chica de tu edad me decía mi madre hace un par de años. Blusas de señora y pantalones pinzados, no sé, tacos y esas cosas. En el trabajo me llamaron la atención el otro día y me pidieron que vaya más arreglada, "más arregladita" me dijo la jefa, una señora que podría ser mi madre sobre todo porque tiene mucha actitud maternal y eso me gusta mucho en las mujeres, teniendo en cuenta que hay tanta zorra suelta, perras que apuntan a comprar armani o chanel y esas cosas de elite, elite, así que agarré y me puse un poco a pensar en mi apariencia, me puse unas botas bajitas que tengo y encaré para el trabajo. A mi me da mucha tristeza ir a trabajar más que nada porque no me gusta ir a trabajar, preferiría quedarme en casa por ejemplo, o capaz salir a pasear observando a la gente que es una de las cosas que más me gusta pero no lo puedo hacer porque tengo que arreglarme para ir a trabajar. A mi no me gusta llevar botas de taco, o blusas escotadas y el pelo de peluquería, no me gusta y procuro no hacerlo. Hay mujeres que les gusta enseñar las tetas, se ponen ponele camisas abiertas así los hombres le pueden ver las tetas. Los hombres se mueren por las tetas. Por qué?. Siempre me lo he preguntado. Hay mujeres que se creen que lo mejorcito que tienen son las tetas. Cuidado con ellas, pienso, cuidado. A mi novio le gustan las tetas de las mujeres y el otro día le tuve que llamar la atención porque no sacaba los ojos de unas, sino venís me voy a dormir, le dije, porque era tarde y todavía estaba hipnotizado por las tetas. Las tetas tiran mucho, pensé, pobrecitos.
