6.9.15

Dos caras

















Mi alegría nace justo ahí donde sale tu tristeza,
con una inocencia comparable a tu resignación.

¿Estoy aquí para salvarte?
Tengo la felicidad que mora en el extremo de tu llanto,
de ese llanto apagado y farragoso que llenaba tus tardes.
Me sale tan pura (igual de pura que tus lágrimas).

Justo en el extremo de tu dolor tengo toda la felicidad del mundo.
Es un punto donde estamos las dos: tu dolor es mi trampolín.
Tu quietud y letargo, mi voluntad inquebrantable.

Quizás este aquí para encontrar a tus verdugos
y gritarles en la cara que la alegría se pega a la vida
irremediablemente.

M Pedemonte

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