22.5.07

MI ABUELA MUERTA


A la nona Antonia


Las cinco de la tarde tienen el olor a tristeza del jardín de mi abuela muerta.
Las cinco de la tarde tienen el color de las horas que nacen muertas y de los días tan largos e intensos como brazos. A las cinco de la tarde el cielo mundial llora la voz de mi abuela suicidada. Llora sus manos duras, su corazón enfermo.
A veces me pregunto dónde ha ido su boca muerta y no hallo más que mi pensamiento detenido y errante en esas tardes sin tiempo donde todos éramos otras personas.
Yo tuve una abuela inmigrante que no sabía ser feliz, que tenía en el corazón todas las lágrimas dormidas y abrigaba el anhelo de volverlo a su escarpada patria, tierra de gitanos y guerras, tierra desgraciada y maldita.
Yo tuve una abuela a la que tuve que querer y cuidar y escuchar.
Yo tuve una abuela triste que amó una patria sin nombre.

1 comentarios:

ayrala said...

Muy lindo, pero te podias haber ahorrado alguna descripción, por respeto; bueno es una opinión.