en fin, como ven perdí la cuenta y si miro para adelante tengo en mis narices la entrada a trabajar nuevamente así es que ni pienso perder este último viernes de vacaciones pensando cuántos días y cuáles me colgué sin escribir nada en el blog: acá estoy otra vez poniéndome un poco al día. Lo único que me pone super mega contenta es mi inminente viaje a Italia, a las tierras de Don Amadeo, aquel hombre que no conocí pero que mi padre recuerda con los ojos vidriosos y con el corazón lleno de amor. Su último paso por su tierra (Génova) fue allá por el año 1928, cuando volvió de Argentina a buscar a su hermana. ¿Qué habrá sentido?. El hecho de ir en busca de pasado y orígenes al pueblo que nos dio nuestro apellido me llena el corazón de emociones. Imposible no imaginarse aquellos jóvenes dejando su casa, sus seres queridos, cargados de esperanzas e ilusiones... se hablaba de América con palabras incomparables... la Panacea. Hijos y vida le dio aquella Nueva Tierra, una vida humilde y llana pero donde no faltaba qué comer y qué beber. Mi padre estará orgulloso de las noticias de las que voy en busca.
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