20.8.07

DIA SEIS

Mientras los meteorólogos en los periódicos y en la televisión dan por acabado el período estival yo y mi mochila nos vamos a la playa, pasamos allí dos horas preciosas al ritmo suave de una brisa triste, con todo Antony Hegarty en los auriculares de mi súper música digital. Por la noche ya, sobre estas horas, me viene a la mente toda una época de mi pre-adolescencia digamos, por no decir adolescencia, donde "César Banana Pueyrredón" sonaba día trás día. Amigos para qué, amigos nunca más, yo quiero ser tu amorrrr, para siempre... por Dios, había un chico T. que le rondaba a mi hermana y después creo que al final transaron, creo, en un auto que tenía, un ford falcon, siempre tenía ford falcon T, se ve que el padre le tenía pasión o no supo cómo hacer para salirse de él, capaz soñaba con otro auto pero iba al concesionario y pedía siempre el mismo, quiero ese ford, qué ford señor?, ford falcon, en el barrio e incluso en la zona todos lo conocían por el ford falcon y estoy segura que algo dentro suyo quería, clamaba algo más que el ford, un auto más auto. En fin, este chico T. le arrastraba el ala a mi hermana F. y entonces como parte de digamos su estrategia de conquista nos prestó un par de cassettes de César Banana, y nosotras, que compartíamos habitación, lo poníamos a la noche para dormirnos, ahhh, gracias T.

0 comentarios: