el google me permitió poner al día las noticias sobre un ex noviete que tenía en la rosario de humanidades, aquella rosario de tarjeta de colectivo y de caminatas desde berlín hasta montevideo al 700, a las cinco de la mañana. resulta que está sumergido en la academia, igualito que siempre, siempre siempre quiso estar. en una universidad de cierto prestigio, dando disertaciones abiertas al público sobre góngora y sobre juan de espinosa medrano, allí está él, donde soñó, donde me contaba soñaba estar, entre beso y beso, entre sos la más linda de todas, entre te quiero pero me voy. allí está ahora, en una universidad extranjera de cierto prestigio, dando disertaciones, qué calidad.
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yo no doy disertaciones. a veces hablo un poco sobre la vida y la muerte pero no me pongo una escarapela por eso. no escribo artículos para revistas ni leo a góngora. yo solo intento sobrevivir en la atmósfera viciada de esta ciudad mesquina. leo, sí, a veces, pero no paso de un nivel mediocre, no. qué? si me gustaría leer todo el día? hacer análisis exahustivos de textos clásicos?, pensar, pensar y pensar? pensar todo el día?. Claro!. pero antes tengo que pagar el alquiler, y el agua, el gas y esas cosas locas que me llevo a la boca y me permiten estar viva (ups)
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era un chico al que quise, un chico de pelo largo y bicicleta, de mochila desteñida y zapatillas de lona, un chico de humanidades que quiso más al conocimiento que a mi, que me regalaba libros de Kafka dedicados y me dejó por la academia. reía y se le veían los dientes, blancos y fuertes. y ahora da disertaciones en una universidad de prestigio
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