9.5.06

prenda tarada

Lo lindo de vivir fuera de la propia cultura es ver cómo ciertas expresiones pueden tener un significado bastante distinto del que creíamos que tenía, unívocamente. La primera vez que escuché "tarada" en la tienda donde trabajo pensé que hablaban de mi. Me di vuelta y ví una camiseta con una etiqueta amarilla precaución brillando sobre el tejido. Pobre, pensé. La pobre no tiene la culpa de ser tarada. Una pequeña rayita, un punto mal dado, o fuera de lugar, un incidente que no entra en el circuito normal la da por tarada, la reduce a la oscuridad de una caja sucia y penumbrosa, prenda tarada, aburrida, y fue en ese remolino donde me acordé de Luca. Un italiano marginal que encontró en Argentina un hueco donde vivir. Las prendas taradas son como un mal paso, un paso dado en falso, todo nos hace pensar que vamos bien, pero es tarada!, no ves que tiene este hilo acá, me puedes dar otra de la misma talla, como no Señor Cliente, Enseguida le Sustituyo la Prenda, y ella, tarada, con la etiqueta amarilla advirtiendo su lugar marginal, llora un destino que nunca deseó. Me gustaría poder hablar más adelante de una abulia que me embarga, pero ahora es momento de vaciar el mate, y de mirarme al espejo digamos unos 4 o 5 segundos, tiempo necesario para saber más o menos quién soy, o qué formas tengo, y entonces sí duplicarme en los demás, un abrazo a todos, y plis plas plus.

1 comentarios:

ayrala said...

Melancólica transmision de pensamientos, entre la prenda y tu.

VERY GOOD!