3.11.07

la conjura de los necios

Difícil. Es difícil acostumbrarse a ser una cosa que nunca se fue. ¿Me acostumbraré a las normas de las ciudades en lo que me queda de vida?. Pregunta difícil = Respuesta incierta.
Se supone que, a los treinta años una mujer que se considera tal, con pareja y vida estable tiene que maquillarse y/o arreglarse si sale de paseo por centros comerciales o zonas más o menos turísticas y/o pitucas. Se supone. A cara lavada, con un jogging que ya tiene tres años y de calidad digamos dudable, una cazadora beige descolorida pero limpia (nunca se dirá de mi que no me aseo) zapatillas sucias adrede, por cierto, y el pelo atado por inercia y desapego en una cola e caballo simple y llana. ¿Qué hay de malo en eso, a ver, qué?.
¿Se supone que tengo que cubrir mi cara con digamos unos cuantos milímetros de pintura? ¿Taparme las ojeras? ¿Disimular las múltiples erupciones de mi piel?. ¿Por qué?. Si todos ellos son factores que me hacen ser quien soy, por dios!, algo amorfo, fuerza de contexto e indefinible, pero YO, YO y YO.

Me cuesta adaptarme a la ciudad, yo, que hasta mis años de univesitaria fui siempre una chica de pueblo, un poco tonta y bastante inofensiva, me cuesta este ritmo desenfrenado donde nadie mira a nadie y donde lo único que prima son los plazos y los fuertes. Los fuertes. Aunque, y esto hay que decirlo, mi cara de "yo no fui y tampoco lo seré nunca" combina bastante con la indiferencia del paisaje urbano.

Sin embargo, hoy, como casi cada sábado, desprecié a varias personas por su falta de civismo, cosa que defiendo a muerte y que me hiere en lo más profundo, porque todos somos humanos y tenemos derecho a un espacio físico debajo de nuestros pies. Indiferentes o no frente a mi superioridad verbal, levanto la bandera de la dignidad, y las señoras con sus carros y sus camisas multicolores para levantar su autoestima que se los metan por el culo. Y no tendrán ya que pedir permiso para pasar. Amén.

1 comentarios:

Natalia Paz said...

llego aquí curioseando entre los comentarios de Orsai...y si, supongo estar de acuerdo con eso de que uno debiera poder -y l hace -salir a la calle con la pinta que se le ocurra, segura de que importa nada lo que los demás piensen si te pones el vestido azul con las botas rojas en primavera o si no...en fin, es cosa de ir por la vida con la actitud -la leo en ti, la leo -"aquí te las traigo Peter".
Saludos, andaré leyendo por aquí.