Lo último que se pierden son las maneras. Y por favor, no las perdamos nunca. Por favor. En el trabajo, en la calle, en todas y en ninguna parte. Qué somos si perdemos las maneras??. Un montón de insultos, nervios e improperios. Tengo una compañera en el trabajo que no se tranquiliza. Y tengo otra que sí, bastante. En mi trabajo somos todas mujeres. Todas menos uno, que es el hijo de la dueña. La segunda, la que se tranquiliza me cae bastante bien, va más rápido que lo humanamente posible y yo me río, es simpática, y si ponés un poco de voluntad incluso llega a ser adorable. La otra, la que pierde los estribos es un mal bicho pero como los malos bichos terminan siendo aplastados por un pie grande entonces me tiene sin cuidado. A mi lo que no me gusta es la gente que pierde las maneras. Pienso que las maneras no se han de perder nunca, incluso under pressure, y pienso también que es ahí donde la verdadera calidad de la gente se prueba, el débil se hunde y hunde a todos, el fuerte se relaja, se divierte y escucha... escucha. Yo no sé si soy fuerte o débil pero siempre procuro mirar a los ojos, decir gracias, permiso, incluso cuando el ambiente es denso. Incluso. Si perdemos las maneras lo perdemos todo. O hacemos de esto un zoológico, comemos la mierda que otros tiran e imitamos a los orangutanes. Para otra civilización que vendrá. Otra, mucho más aguda. Mucho más.
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