GLOBAL WARMING

"Y el invierno duraba unos tres meses más o menos, y nos poníamos unos abrigos gordos para salir a la calle, una cosa en el cuello a la que llamábamos "bufanda", la gente fumaba en los bares, era todo muy distinto, mucho"

Imaginate vos ahora con 90 años, a tus nietos es muy probable que les tengas que hablar así, sí, sí, no te rías, las temperaturas subirán en los próximos años y nuestro hijos, o sobrinos, dependiendo el caso, experimentarán un cambio drástico en la forma de vida, y nuestros nietos, tercera generación, no habrán conocido propiamente lo que son las estaciones tal y como las conocimos nosotros (frío en invierno y calor en verano). Y tendremos que contarles que antes la gente fumaba en los bares, mientras se tomaban un café con algún amigo, frente a la sorpresa y horror de nuestros futuros e hipotéticos nietos, que no entendarán que algo tan contaminante y nocivo para la salud haya estado permitido, alguna vez, en los bares de las ciudades.

Yo estoy bastante hartita de ver la idiotez de la gente paseándose como si nada, comprando electrodomésticos, televisores de plasma y tanta mierda de diseño cuando nos estamos cargando el planeta entre todos. Bastante hartita de subirme al bus y cruzarme con snobs que no hacen más que detectar el calzado que llevás puesto, el marco de las gafas, tratando de captar en vos el último grito de la moda. Bastante hartita estoy de la inconsciencia colectiva, y de la chatura mental en la que tanta gente vive, o sobrevive, en esta ciudad de gays y tecnología, tomá, lo dije.