27.8.08

silencios

A veces, no tener nada que decir es simplemente tener demasiado. Y eso, eso es lo que me pasa a veces. Ayer hizo tres años que nos conocimos mi novio y yo, y que empezamos a salir. Tres años. Y se me ocurren tantas cosas, una, por ejemplo, es que tener una pareja estable es tener una obligación más, además del trabajo, por ejemplo. Es trabajar todos los días, es ser fuerte, porque la rutina es el peor mal que el hombre ha podido inventar (la rutina aniquila casi todo). Y eso, tres años, balances? no, gracias. Prefiero no saber... no saber qué hay de un lado y del otro. Prefiero vivir este presente que tengo en la mano y no rebovinar la cintar para ver dónde estuvo el fallo exactamente, y de qué lado. Nunca me gustaron los censores. Errores? muchos. Y los va a seguir habiendo. Pero también va a haber mañanas compartidas, millones de besos y sobre todo, esos silencios magníficos, que es lo más valioso casi, que tenemos. Los silencios.

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