Hoy tenía ganas de comer muchas cosas ricas, riquísimas, elaborar la cena con productos sacados de la huerta, todo recién cortado, como hacíamos en Italia (guiño nostálgico) pero me tengo que conformar con meter unas piezas de pescado empanado en el horno.
Me pregunto que hacían hace 100 años cuando no había estabilizadores, ni conservantes, ni potenciadores del sabor y colorantes permitidos. Realmente las etiquetas de los envases son literatura, son diseño, esconden horas, años de trabajo, de miles de personas trabajando y cobrando sueldos para deformar los alimentos hasta dejarlos famélicos.
Llegará el día en que las personas se alimenten a través de pastillas creadas por señores pagados por gobiernos, para seguir reproduciéndose hasta el día en que todo vuele por los aires, incluidos los señores de delantal, y los gobiernos.
Buenas noches
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