Sonará insensible pero detesto a las palomas. Hoy cuando volvía del súper atravesando la plaza una bandada de unas siete u ocho me sobrevolaron el cielorazo. Hay demasiadas palomas en nuestra sociedad. Hace días que tengo esta sensación casi apocalíptica, hace días que me debato entre comentarlo en el trabajo, en casa, o guardármelo para mi, como un secreto tibio y revelador.Yo no sé si por la pampa las habrá... yo no sé si en mi tierra santafesina y rioplatense las palomas habrán comenzado, como aquí, este claro copamiento de las calles. Un amigo de un amigo, el Toni, dice que son ratas con alas. Me reí, me reí más que nada porque me pareció bastante científico. Ratas con alas. Palomas, ratas, ratas, palomas. El otro día en la playa me tuve que agachar porque pasó una con bikini y ni me respetó, joder, que soy persona, soy más que vos paloma hija de puta. A veces me dan ganas de acribillarlas, una tras otra, para que se dejen de joder a las personas y se vayan no sé al campo, a la montaña, a romperles las bolas a sus semejantes, me calenté y todo, mejor me voy.
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