A las "barbies" nosotros les deciamos "muniecas articuladas", lo que no me acuerdo es si ese nombre nacia y moria en nuestra casa o en realidad era un nombre ya dado. Da igual, lo que ahora me convoca es manifestar mi estupor frente a las posibilidades que las barbies pueden ofrecer. Cuando yo era chica no tenia muniecas articuladas como las de mi prima Josefina. Cada vez que venia a casa con su bolsa llena de barbies y sus respectivas indumentarias mi corazon latia de felicidad. Y cuando se iba los domingos a la tarde me entregaba otra vez a la triste realidad de las muniecas articuladas vestidas pobremente con retazos de tela. Pero lo interesante era que yo disfrutaba con esos juegos y nunca quise mas de lo que tuve. Las barbies de mi prima Josefina eran las barbies de mi prima Josefina. Y no creo que la infancia de nadie pueda verse truncada por determinada excelencia en el disenio de las muniecas. Pero cuando uno es chico suenia, y las barbies de mi prima Josefina tenian un pelo de suenio, suave y largo, rubio, piernas perfectas, todo. Mis muniecas articuladas tenian las rodillas desnudas y no eran muy creibles, pero eran mias y yo pasaba muchas tardes con ellas, y si, las quise. Y ahora que pienso en todo esto me pregunto si realmente el tener cientos de juguetes hacen a los ninios mejores personas. Y ahora que tengo la posibilidad de compartir los juguetes con una ninia de seis anios, me pregunto que hubiera sido de mi si yo hubiera tenido tantos juguetes, miles y miles de juguetes, estantes y estantes rebosando juguetes... muniecas con las que ni siquiera sonie, eso me pregunto. Y me animaria a decir que seria una persona bastante diferente de la que soy ahora. O no, quien sabe. Un abrazo
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